
Formando parte de la solución y no del problema
Los profesionales de la psiquiatría, con frecuencia nos encontramos con efectos secundarios de los psicofármacos tan invalidantes para el paciente que supone un obstáculo en el tratamiento de diferentes patologías. Por ejemplo, a menudo observamos personas con problemas de disfunción sexual (eyaculación precoz, disfunción eréctil, falta o inhibición del deseo sexual), momento en el que es necesario de valorar, entre otras cuestiones, si pudiera tratarse de un efecto secundario de la medicación que está tomando. Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, (sertralina, fluoxetina, paroxetina, citalopram y escitalopram), fármacos muy conocidos y usados en el arsenal terapéutico de los trastornos mentales, y además primera línea para en el tratamiento de la ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo…), pueden provocar alteraciones en la esfera sexual.
Recientemente, se presentó un nuevo antidepresivo: Vortioxetina (Brintellix), con algunas características diferenciales importantes y significativas a mi parecer, que comentaremos a continuación. Se trata del primer fármaco de una nueva generación de antidepresivos con un innovador mecanismo de acción multimodal: la vortioxetina modula la actividad de varios receptores serotoninérgicos, además de inhibir la recaptación de serotonina. Se cree que estas acciones múltiples actúan de manera sinérgica produciendo los efectos antidepresivos, ansiolíticos y sobre los síntomas cognitivos que la vortioxetina ha demostrado en estudios preclínicos y clínicos.
Este perfil de acción multimodal, se refleja en la menor incidencia de efectos secundarios: cuenta con una mejoría con respecto al arsenal terapéutico previo, por la baja influencia de secundarismos a nivel de la esfera sexual. Destacar por otra parte, que no se han observado aumentos de peso en los pacientes actualmente en tratamiento con Vortioxetina. Además, no produce incremento de la frecuencia cardiaca ni tensión arterial ( como es el caso contrario de venlafaxina o desvenlafaxina). Tampoco se ha observado a día de hoy incremento del intervalo QT (una alteración de la actividad eléctrica del corazón que se refleja en el electrocardiograma y que se puede traducir a nivel clínico en el desarrollo de arritmias cardiacas).
También mencionar, que existen ya algunos estudios donde se expresa la utilidad de este fármaco en la sintomatología cognitiva propia de la depresión (hablamos de “olvidos frecuentes, falta de atención, dificultades en la toma de decisiones”), así como en la prevención del deterioro cognitivo (por mecanismo de acción aún desconocido).
Por todo lo expuesto, pienso que el tratamiento con vortioxetina podría suponer una mejoría significativa en la evolución y pronóstico de pacientes con trastornos ansiosos-depresivos, por lo que sería recomendable considerar esta opción a la hora de elegir un antidepresivo.
“Vortioxetina ofrece mejor tolerabilidad y una probable mejor efectividad. Su valor diferencial reside en la mejoría de la función cognitiva y en la mayor preservación del impulso sexual”. Doctor Enric Álvarez. Director del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y Profesor Titular de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona. CiberSam.
Médico Psiquiatra.